Tenemos la tradición familiar de asistir cada año al 10k Victoria. Nos levantamos temprano para llevar a varios miembros de la familia al inicio de la carrera en Lerdo.
Este año fue diferente, aunque el entusiasmo de los corredores fue el mismo, me dio la impresión de que la intranquilidad que gobierna la región hizo que disminuyera la asistencia.
En otros años era difícil entrar a la carrera pocos días antes simplemente porque ya no había lugares, esta vez en el mismo día te podías registrar al evento.
Una vez que dejamos a nuestros familiares de inmediato emprendemos el viaje de regreso para esperarlos en la meta que esta en el bosque Venustiano Carranza. Al llegar al Rebollo Acosta se armó un operativo policíaco en el que detuvieron a una persona a bordo de una camioneta blanca.
Inmediatamente nos pusimos en modo de alerta, pero como nos quedamos atorados por un semáforo no tuvimos otra opción que esperar a que cambiara la luz en una tensa calma. Afortunadamente no hubo disparos que si no aquello se hubiera convertido en un caos. Nos retiramos de lugar un poco mosqueados, pero no sorprendidos, lamentablemente los hechos de sangre se están volviendo muy frecuentes en la “Conarca” Lagunera.
Regresando al 10k, se que es complicado coordinar una carrera tan importante, muchos aspectos mejoraron, como la distribución de suministros a los participantes, pero a unos metros antes de llegar a la meta se extrañaron a esas personas que mantienen a raya a los espectadores. Si las personas tuvieran un poco de criterio se darían cuenta de que estorban a los corredores, de eso se podrán dar cuenta en muchas fotos.
Los kenianos son el rival a vencer en el 10k Victoria, año con año ocupan los primeros lugares y es que los canijos no corren ¡vuelan!. Este año fue diferente y el primer lugar se lo llevó un corredor del estado de Zacatecas ¡Felicidades!.
Lo demás es puro folclore, no pueden faltar la parca, los luchadores, los que corren con sus hijos en la carreola, los que llevan al perro, el chapulín colorado, las personas que tienen capacidades diferentes que son un ejemplo de coraje y determinación.
Este año la se hicieron notar las personas con letreros de PAZ, tan necesaria en todo el país, una persona que corrío con una botarga de chango y la persona que escribió en un letrero una serie de quejas, que el año pasado no todos alcanzaron medallas, playeras, etc.
En el momento de la premiación el presidente de Torreón Eduardo Olmos recibió una rechifla general, y es que pasa lo mismo de siempre, prometer no empobrece, cumplir es lo que aniquila.
Con todo terminó bien y se cumplió el objetivo de pasar un buen domingo con la familia.